AFUERA DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN
Actualización de un mail que compartí con un grupo de profesionales de golf el año 2015.
Una de las mayores áreas de oportunidad que tenemos como profesionales es nuestra comunicación escrita. Dentro de nuestras funciones está escribir: convocatorias, reglamentos, avisos, reportes, informes, memorias de torneos, notas de prensa, capacitaciones, resultados, manuales, mails, etc.
Sé que tenemos una gran ayuda con nuestras asistentes o con el corrector de los procesadores de texto, pero aún así, creo que es una prioridad mejorar nuestra comunicación escrita.
Un buen recurso que tenemos para mejorar nuestra escritura es leer. Leyendo vamos aprendiendo como se escriben las palabras. De tanto ver las palabras aprendemos como escribirlas y rápido nos damos cuenta cuando están mal escritas.
Si todavía tienen hijos en la escuela. Les sugiero que lean los libros que ellos usan o usaron. Es una buena manera de empezar a leer.
Otra opción muy accesible es leer a los columnistas de los periódicos. Yo leo diario en la mañana a Sergio Sarmiento. Les sugiero que tengan 2 o 3 columnistas a quienes lean constantemente. Les paso el vínculo donde pueden encontrar los que escriben en el Siglo de Torreón.
Comprar libros usados es otra opción accesible. En cada ciudad hay lugares donde se venden.
Ir a la biblioteca es otra opción accesible. Todas las bibliotecas tienen sistema de préstamo por si prefieren leer en su casa. ¿Sinceramente se acordaban que existen las bibliotecas? En este vínculo encontrarán artículos interesantes sobre los libros:
Intercambiar libros es otra opción. Tú me prestas uno y yo te presto otro.
Tener una biblioteca familiar es una excelente inversión. Un día contamos los libros de casa y sumaron más de 200. En realidad son pocos. Mi esposa hizo 2 libreros para tenerlos ordenados. Tristemente la tendencia es que en los hogares ya no hay espacios para los libros, ni tampoco libros. Las pantallas y otros dispositivos electrónicos están ocupando su lugar.
Por opciones no quedamos, así que no hay justificación para no leer.
En cuanto a los temas a leer, cito a la escritora Renata Chapa: "En alguna ocasión, un ex alumno de ingeniería civil confesaba su deseo, secreto e intenso, por leer sobre gastronomía. Siempre soñó con ser chef. Otra chica, estudiante de negocios internacionales, reconocía ganas de leer sólo del tema de la reencarnación. Un joven más, imborrable, casi por graduarse de administración de empresas, tenía prohibidísimo por sus padres siquiera tocar los libros del tema que él sostenía que era su vida: biografías de poetas y, evidentemente, sus obras. Vampiros, física cuántica, narcotráfico, ballet, mitocondrias, sueños, animales de granja, ciberespacios, devaluaciones, corte y confección. Lo que sea. Todo tema tiene su libro; todo libro, su lector. Para cumplir un primer propósito de leer, por qué no buscar uno o varios textos sobre el asunto que, honestamente, cautiva. Tan fácil, así. Cuestión de romper amarras y seleccionar en libertad. Invaluable placer".
Los temas obvios para nosotros, son aquellos que tienen una relación directa con nuestro trabajo: golf, acondicionamiento físico, psicología, entrenamiento deportivo, motivación, fabricación de bastones, biografías de atletas y entrenadores, mercadotecnia deportiva, comunicación, reglas de golf, coaching, biomecánica, estrategia, nutrición, diseño de campos, mantenimiento de campos de golf, pedagogía, etc.
La mayoría de los mexicanos no leemos ni siquiera un libro al año. Tal vez no nos sintamos mexicanos y por eso no leemos. Hagamos memoria: ¿cuál fue el último libro que leímos? ¿Hemos asistido a una feria del libro? ¿Alguna vez hemos leído en familia? Respuestas muy reveladoras que es nuestro aporte a las estadísticas que nos colocan en los primeros lugares de los países que no leen.
Tengo un amigo que se dedica a la venta de libros y por lo que veo no le va muy bien económicamente. Las personas prefieren comprar refrescos, cervezas, celulares, pantallas, películas piratas, música pirata, tablets, etc. que comprar un libro.
Otro indicador muy claro de lo que leemos es el lenguaje de nuestra sociedad en su comunicación cotidiana. Es triste ver que personas supuestamente preparadas y estudiadas dicen groserías a una velocidad sorprendente. Diría que dicen 5 groserías por cada 10 palabras que pronuncian. Su léxico es tan pobre que tienen que recurrir a las groserías para poder comunicarse. Tuve una alumno austriaco que hablaba 4 idiomas y le pregunte en cuál idioma se decían más groserías y me dijo que indiscutiblemente en español. Si metemos basura a nuestra cabeza, algo parecido saldrá por la boca.
Creo que todos estamos de acuerdo en que leyendo podemos mejorar nuestra comunicación escrita. Tomar un curso de redacción es básico. Tan básico es que fue el segundo curso que tome cuando ingresé a trabajar a P&G. El primero fue P&G Overview.
La materia Taller de Lectura y Redacción que llevé en la preparatoria fue una de mis preferidas. Lo que teníamos que hacer era escribir anécdotas e historias de nuestra vida y leerlas ante el grupo. Hoy sigo contando historias en las clínicas con los infantiles-juveniles, a los niños les gustan y quieren que les cuente más. Los adolescentes ya han perdido ese espíritu soñador. Yo sigo soñando y trato a las personas como espero que sean en mis sueños.
Otro aspecto de la comunicación escrita es la ortografía. Yo aprendí ortografía en unos libros viejos que había en casa, que supongo uso mi hermana Susana en la escuela. Son de ese tipo donde tienes que rellenar las palabras y en otra parte ves si lo hiciste bien. También venían todas esas reglas que te enseñan en la escuela.
Me hubiera gustado darles algunas recomendaciones sobre libros de redacción y ortografía, pero no tuve chance de buscar. Pondremos a prueba su iniciativa para buscar libros sobre estos temas.
Un libro básico para la comunicación, el cual conservo desde la universidad y que incluso era de mi hermana mayor cuando estuvo en la universidad: Hacia una comunicación administrativa integral y el autor es Sergio Flores de Gortari.
Para variar una última historia. Marcos Zuazu, quien trabaja en New Jersey, en diciembre de 2014 vendría a Torreón a la Gira Infantil-Juvenil con unos alumnos de la Zona Norte. Me dijo: "¿qué quieres que te lleve? Pude haber pedido una gorra, una camisa, un accesorio, un bastón, un dispositivo electrónico, etc. pero le pedí un libro y el que me trajo es excelente: Every Shot Counts http://www.amazon.com/Every-Shot-Counts-Revolu…/…/1592407501
Amablemente me lo obsequio.
Por favor incluyan en sus metas el leer. Rompamos la barrera de los 2 libros al año. Podrían ser 3, 4, 6 o 12, pero, quién soy yo para limitarlos.
Autor: Mateo Melgar Ochoa
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