NOCHE DE HOGAR
Por revelación divina al Presidente Joseph F. Smith, la
Iglesia estableció en abril de 1915 el programa de la Noche de Hogar. La Noche de
Hogar es una reunión familiar donde nos preparamos para la vida. En ella
tenemos una clase sobre los principios del evangelio, oramos, leemos las
escrituras, estudiamos las palabras de nuestros líderes que se publican en la
revista Liahona, cantamos himnos, tratamos asuntos y necesidades de la familia.
También disfrutamos de un refrigerio, de juegos, salidas al cine, a la feria y
eventos de diferente índole.
El lunes es el día establecido para realizar la Noche de
Hogar. Los lunes en la noche no hay ninguna actividad ni reunión en la Iglesia.
Cuando los misioneros nos enseñaron el evangelio hicieron
con nosotros algunas Noches de Hogar, las cuales quedaron grabadas en mi alma
porque nunca habíamos hecho algo semejante con mis padres. Cuando serví como
misionero enseñamos a las familias a realizar su Noche de Hogar.
En nuestra familia hemos sido constantes en realizar la
Noche de Hogar. Tenemos un sistema muy simple para las asignaciones. En unas
tarjetitas tenemos anotadas: primera oración, dirección del programa, clase,
refrigerio, juego y última oración. Cada quien toma una tarjeta y recibe su
asignación.
Este programa es la aplicación moderna de una enseñanza
de los profetas de todas las épocas: que los padres enseñen a sus hijos los
principios del evangelio. Moisés escribió: “Y estas palabras que yo te mando
hoy estarán sobre tu corazón; y se las repetirás a tus hijos y les hablarás de
ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y cuando te acuestes y
cuando te levantes”. (Deuteronomio 6:6-7). El apóstol Pablo registró: “Y
vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos; sino criadlos en
disciplina y amonestación del Señor”. (Efesios 6:4). José Smith recibió una
revelación donde el Señor establece esta responsabilidad para los padres: “Y
también enseñarán a sus hijos a orar y a andar rectamente delante del Señor”.
(D y C 68:28).
El Libro de Mormón dice: “Y así vemos que por pequeños
medios el Señor puede realizar grandes cosas”. (1 Nefi 16:29). Eso es lo que ha hecho por medio de la Noche
de Hogar. Si el año tiene 52 lunes, nuestros hijos al llegar a los 10 años
recibieron cerca de 500 clases. Estas clases han sido una protección contra el
mal que no se puede comprar por ningún precio y en ningún lugar. Imaginemos el
impacto que habría en el mundo si cada semana dedicáramos una hora a nuestra
familia.
¿Estaríamos dispuestos a hacerlo si la seguridad de
nuestros hijos dependiera de ello?
He comprobado por mí mismo que la promesa hecha hace 100
años es verdadera y está vigente “Si los santos obedecen este consejo, les
prometemos grandes bendiciones como resultado; aumentarán el amor en el hogar y
la obediencia a los padres; se desarrollará la fe en el corazón de los niños y
jóvenes de Israel, y obtendrán fuerzas para combatir la mala influencia y las
tentaciones que los acosan”. (Improvement Era, junio de 1915, págs. 733-734).
Este es un segmento de uno de los libros que estoy
escribiendo.
Mateo Melgar Ochoa
Para recursos para la Noche de Hogar visita:
https://www.lds.org/topics/family-home-evening?lang=eng
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