OBJETIVO. Proporcionar instrucción del Evangelio y fortalecer la fe y el testimonio.
PREPARACIÓN. La preparación es fundamental para dar un buen discurso. El Señor ha dicho “si estáis preparados, no temeréis” (DyC 38:30).
¿QUÉ ENSEÑAR?
EL TEMA DEL MENSAJE. Conoce el tema de tu mensaje y el enfoque que quieren los líderes. Entiende las necesidades de los miembros. Mantente centrado en el tema. Investiga el tema en: www.lds.org
JESUCRISTO. Cualquiera que sea el tema de tu mensaje debes relacionarlo con Jesucristo y sus enseñanzas.
LOS PROFETAS. Utiliza los mensajes de los profetas y apóstoles para preparar el tuyo. No leas completo un discurso de las Conferencias Generales ya que es muy extenso para el tiempo que dispones. Puedes extraer algunas frases. Recuerda que sólo es una guía.
HABLAR CON EL CORAZÓN. Relata experiencias que fomenten la fe y da testimonio de las verdades que enseñes.
¿CÓMO DAR EL MENSAJE?
CON EL ESPÍRITU. “Y se os dará el Espíritu por la oración de fe; y si no recibís el Espíritu, no enseñaréis” (DyC 42:14). En la preparación del mensaje y al ofrecerlo pide la ayuda del Espíritu en oración.
EL GANCHO. La apertura del mensaje es sumamente importante para captar la atención. Por ejemplo: inicia con un hecho sorprendente, con una anécdota, un himno, un poema, una escritura, una pregunta, una analogía, una cita o con una estadística relacionada con el tema. También puedes iniciar con el tema del mensaje, su objetivo y los beneficios que recibirán los miembros.
Evita las frases trilladas como “agradezco al obispado”, “me siento nervioso”, “es la primera vez que discurso”, “apenas ayer me avisaron de mi discurso” y “mi discurso está basado en el mensaje del Élder Powers”.
EL CUERPO DEL MENSAJE. No hay una fórmula única para dar un mensaje, pero una estructura es muy útil. Veamos un ejemplo del cuerpo de una presentación.
Después de “el gancho” puedes dar un avance preliminar de los puntos a tratar. Es recomendable manejar sólo 3 puntos sobre el tema. En caso de que sea difícil reducir los puntos a 3, pueden ser más puntos o en cada punto puede haber subtemas.
La siguiente parte de la presentación es explicar e ilustrar cada punto usando algunos de los recursos que hemos visto. Al final haces una recapitulación de los puntos vistos, retomas “el gancho” que usaste, exhortas a la acción y das tu testimonio.
¿LECTURA O BOSQUEJO?. Al dar tu mensaje puedes leerlo o puedes preparar un bosquejo como guía.
HUMOR. “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”. (Colosenses 4:6).
EL TIEMPO. Al recibir la asignación de discursar debes saber de cuánto tiempo dispones. Llega temprano a los servicios y siéntate en el estrado para ahorrar tiempo.Termina a tiempo tu discurso.
Prepárate para adaptar tu mensaje al tiempo que te hayan dejado los anteriores discursantes. Sé capaz de alargar o acortar el mensaje.
LOS PROFESIONALES
LA VOZ. La forma en que dices tu mensaje puede tener mayor influencia que lo que dices. Puedes añadir emoción a tu mensaje si le das variedad a tu volumen (bajo, alto) y al ritmo (despacio, rápido). También hay que tomar en cuenta el tono en el que expresas tu mensaje, la entonación que es la variación en el tono de la voz y la vocalización que es la pronunciación correcta de las palabras, entre otros elementos.
LA PAUSA. Puedes hacer una pausa para ocultar los nervios, para eliminar las muletillas (este, verdad, ¿no?, y, etc.), para reordenar el mensaje, para volver a captar la atención de los presentes, para respirar desde el abdomen, para recapitulizar, etc.
LA PRESENCIA FÍSICA. Establece contacto visual, sonríe, mantén la cabeza erguida, respira, centrate en la parte delantera de las plantas de los pies no en los talones, las manos sueltas, los brazos y hombros relajados.
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