viernes, 28 de julio de 2017

PROPÓSITO DE INSTITUTO



“Nuestro propósito es ayudar a los jóvenes adultos a entender y confiar en las enseñanzas y en la expiación de Jesucristo, a hacerse merecedores de las bendiciones del templo y a prepararse ellos mismos, a su familia y a los demás para la vida eterna con su Padre Celestial”.

De acuerdo a esta declaración basaré mi mensaje en 4 puntos.
1. Escudriñad las escrituras y aplicarlas en nuestra vida.
2. La expiación de Jesucristo.
3. Merecedores de las bendiciones del Templo.
4. Preparación para la vida eterna.

Primero, veamos el escudriñar las escrituras.

El Salvador dijo: “Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna”. (Juan 5:39).  “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. (Juan 17:3).

Lehi vio en la visión del árbol de la vida una barra de hierro que representaba la palabra de Dios. También vio a muchas personas que habían probado del fruto y “cayeron en senderos prohibidos y se perdieron” y otros más que “se desviaron por senderos extraños”.

Considero que la situación actual puede llevar a los adultos solteros a caer en senderos prohibidos y desviarse por senderos extraños. ¿Pero cuáles son los senderos extraños y prohibidos?
La liberación sexual.
La homosexualidad.
La pornografía.
Las drogas.
La delincuencia.
Las pandillas.
El alcoholismo.
Los ninis.
Los tatuajes.
El piercing.
El aborto.
El control natal.
El feminismo.
El ateísmo.
El egocentrismo.
La idolatría (artistas, deportistas, etc.)
La adicción a internet.
La adicción al celular (nomofobia)
La adicción a la música.
La adicción al trabajo.
Sólo por mencionar algunos.

El Señor sabe que los jóvenes adultos estarían expuestos a estos problemas, así que estableció el programa de Instituto por medio de sus siervos. El Presidente Monson declaró: “te pido que hagas de tu participación en Instituto una prioridad”.

Piensa unos segundos sobre las que consideras tus prioridades en la vida. Nuestras verdaderas prioridades quedan claramente definidas por el tiempo que les dedicamos. Ahora piensa sobre tus prioridades en función del tiempo que les dedicas. Dedicamos horas a la televisión o al internet pero no leemos las escrituras ni hacemos la oración.

Moisés hizo una serpiente de bronce por mandato de Dios para que por ella se sanaran los israelitas  que habían recibido mordeduras de serpientes ardientes en el desierto. En Alma 33:19-21 leemos:
 “He aquí, Moisés habló de él; sí, y he aquí, fue levantado un símbolo en el desierto, para que quien mirara a él, viviera; y muchos miraron y vivieron.  Pero fueron pocos los que comprendieron el significado de esas cosas, y esto a causa de la dureza de sus corazones. Más hubo muchos que fueron tan obstinados que no quisieron mirar; por tanto, perecieron. Ahora bien, la razón por la que no quisieron mirar fue que no creyeron que los sanaría. Oh hermanos míos, si fuerais sanados con tan sólo mirar para quedar sanos, ¿no miraríais inmediatamente?, o ¿preferiríais endurecer vuestros corazones en la incredulidad, y ser perezosos y no mirar, para así perecer?”. (Alma 33:19-21).

La invitación del Presidente Monson de asistir a Instituto es sencilla como la invitación de Moisés de ver la serpiente de bronce.

El segundo punto es la expiación de Jesucristo.

Precisamente en una clase de Instituto aprendí que la palabra expiación en inglés es atonement. La primera parte de la palabra at one significa ser uno. Expiación según la guía para el estudio de las escrituras es la reconciliación del hombre con Dios.
La expiación de Jesucristo consistió en su sufrimiento por los pecados de la humanidad en el Jardín de Getsemaní, el derramamiento de su sangre, y su muerte y su resurrección del sepulcro.

Me gusta leer los mensajes que han dado poco antes de su muerte los apóstoles y profetas de nuestra época. Uno muy memorable es el que dio el élder Bruce R. McConkie en la Conferencia General de abril de 1985.

“Yo siento, y el Espíritu parece concordar conmigo, que la doctrina más importante que puedo declarar, y el testimonio más poderoso que puedo compartir, es el del sacrificio expiatorio del Señor Jesucristo. Su expiación fue el acontecimiento de mayor trascendencia que ha ocurrido o que jamás ocurrirá desde el alba de la Creación a través de todas las edades de una eternidad sin fin.

Es el acto supremo de bondad y gracia que solamente un dios podría realizar. Por medio de la Expiación, se pusieron en vigor todos los términos y condiciones del eterno plan de salvación del Padre.  Mediante ella, se llevan a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre.

Ahora bien, la expiación de Cristo es la doctrina más básica y fundamental del Evangelio; y de todas las verdades reveladas, es la que menos comprendemos. La mayoría de nosotros tenemos un conocimiento superficial y dependemos de la bondad del Señor para ayudarnos a superar las tribulaciones y los peligros de la vida.

Pero si hemos de tener la fe de Enoc y de Elías, debemos creer lo que ellos creyeron, saber lo que sabían y vivir como vivieron. Quisiera invitarlos a unirse conmigo para obtener un conocimiento firme y verídico de la Expiación. Debemos dejar a un lado las filosofías de los hombres y el conocimiento de los sabios y dar oído a ese Espíritu que se nos da para guiarnos a toda verdad”. 13 días después falleció el élder McConkie.

Hace tiempo que aprendí que todo se centra en Jesucristo, por ello me gusta incluir en cada clase o discurso escrituras que testifiquen de él.

Veamos el tercer punto. Merecedores de las bendiciones del Templo.

El conocimiento. Desde que me convertí a la Iglesia a los 14 años fui como Abraham quien dijo: “habiendo sido yo mismo seguidor de la rectitud, deseando también ser el poseedor de gran conocimiento”. (Abraham 1:2). Estuve 3 años en seminario. Cuando entre a Instituto recibí tesoros que he guardado por más de 20 años. Estos tesoros son los manuales de Instituto. Antes de la misión leí toda la literatura de la Iglesia que podía comprar o encontrar en las casas de los miembros que tenían más tiempo.

No conforme con ello me inscribí a FARMS Foundation Ancient Research and Mormon Studies que ahora es el Maxwell Institute en honor al élder Neal A. Maxwell. https://mi.byu.edu/

Dignidad. Me gradué de Instituto. (Sacar certificado). En mi curriculum incluyo lo siguiente: - Graduación Instituto de Religión (4 años de estudio de principios morales), Culiacán, Sinaloa, 8 de junio de 1996. El conocimiento de los principios del evangelio te permite llegar a ser digno de entrar al Templo. Me gusta la frase de los Templos que dice: “Santidad al Señor”.  La santidad es el proceso por el cual la persona se limpia del pecado y se vuelve pura, limpia y santa mediante la expiación de Jesucristo.

Los convenios. El principal de ellos es el matrimonio pero hablaré sobre él en el último punto.

El último punto es la preparación para la vida eterna.

El Instituto me ha preparado y me sigue preparando, ahora como maestro, para la vida eterna.
En aquellos días antes de irme a la misión me dedique a coleccionar las biografías de las Autoridades Generales que aparecían en las Liahonas. El patrón era claro: salir a la misión, regresar, empezar la universidad, casarse antes de terminar la carrera y formar una familia.  Terminar la carrera universitaria, servir en la Iglesia y tener una buena profesión. Estaba convencido que ese era el plan para mi vida.

En la preparatoria estuve en el Tecnológico de Culiacán. Generalmente tenía turnos mixtos y en la tarde después de clases me iba al Instituto. Me gustaba llegar temprano para jugar basket, fut o ping pong. Ahí conocí a varias jóvenes, prueba de ello son estas fotos que tengo cuando salí a la misión. Es curioso pero mi esposa no está entre las 7 jóvenes de la foto.

Cuando regrese de la misión seguí participando de Instituto incluso casado. En Instituto sólo tuve 2 novias formales, Raquel Arias y mi esposa Claudina. Por supuesto trate y salí con otras jóvenes pero afortunadamente note que no estaban convertidas al evangelio.

Una de las maneras que nos prepara el Instituto para la vida eterna es dando servicio. Soy un convencido que Nuestro Padre Celestial responde oraciones a través de nosotros. Es conocido el relato del Élder Uchtdorf sobre la estatua que perdió sus manos en un bombardeo en la segunda guerra mundial. Después de varias propuestas sobre que hacer al respecto le pusieron la placa: “ustedes son mis manos”.

Uno puede ser muy bendecido al servir al Señor, incluso con una esposa. Les cuento de mi diario: “Yo fui llamado al Sumo Consejo y se me asigno el Barrio Libertad, al cual ella (Claudina) asiste. Pasé varios meses asesorando el Barrio, pero nunca tuve la intención de cortejarla ya que ella tenía novio. Su novio se fue a la misión y yo sólo sentía admiración por ella.

En febrero o marzo de 1991 dividieron el Barrio en 2 ramas, y yo le pedí a Jesús García, el otro asesor del Sumo Consejo, que me dejara asesorar la rama donde estaba Claudina, y el amablemente accedió. Así que cada vez que iba me llamaba más la atención. Entraba a su clase de la Escuela Dominical para checar como daba sus clases y a la vez para observar su hermoso rostro”. Seguro pueden imaginar el resto de la historia, que por cierto no fue fácil hacerla realidad.

El Instituto nos prepara para la vida eterna al  prepararnos para los roles más importantes que tenemos en vida: ser esposo, padre, sacerdote y proveedor de la familia.

En el último año de la Universidad iba a la escuela, trabajaba de caddie, hacía el servicio social, asistía a Instituto, servía como secretario de estaca y era padre y esposo.

“Nuestro propósito es ayudar a los jóvenes adultos a entender y confiar en las enseñanzas y en la expiación de Jesucristo, a hacerse merecedores de las bendiciones del templo y a prepararse ellos mismos, a su familia y a los demás para la vida eterna con su Padre Celestial”. Creo en los propósitos de Instituto porque soy un fruto de este programa.

En el nombre de Jesucristo. Amén.

De un discurso dado en el Programa de Apertura de Seminario e Instituto de la Estaca León México, realizado el 19 de enero de 2014.

Para mayor información sobre Instituto visita:
https://www.lds.org/si/institute?lang=spa


Publico este mensaje en memoria de Luis Jorge Beltrán, padre, esposo, amigo, golfista, médico, homeópata, líder SUD en Culiacán, Sinaloa y uno de mis mejores maestro de Instituto.

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