miércoles, 26 de julio de 2017

MEJORES REUNIONES SACRAMENTALES



Los Santos de los Últimos Días asistimos a la Iglesia el domingo a la reunión sacramental. Cada reunión sacramental debe ser una experiencia espiritual en la que los miembros de la Iglesia renueven sus convenios al participar de la Santa Cena. Otros propósitos de la reunión sacramental son adorar, proporcionar instrucción del Evangelio, efectuar ordenanzas, dirigir asuntos del barrio y fortalecer la fe y el testimonio. (Nota: las citas en negritas son del Capítulo 18 del Manual 2).

Les comparto algunas sugerencias para mejorar nuestras reuniones sacramentales.

“Los miembros del obispado… seleccionan los temas de los discursos”. He observado que hay obispados que asignan a los discursantes mensajes de la Conferencia General, lo cual es bueno para recordar las palabras de nuestros líderes, el único detalle es que estos mensajes son más largos que el tiempo que se le asigna al discursante. Algunos hermanos suelen leer estos discursos. Sugiero que les aclaremos que seleccionen lo principal del mensaje y lo adapten al tiempo asignado y las necesidades del barrio.

“Cuando se invita a miembros a hablar, un miembro del obispado explica claramente el tema y el tiempo que debe hablar la persona. Aconseja a los discursantes que enseñen las doctrinas del Evangelio, que relaten experiencias que fomenten la fe, que den testimonio de las verdades divinamente reveladas y que usen las Escrituras (véase D. y C. 42:12; 52:9)”. Usualmente el secretario de barrio sólo le informa al miembro el tema pero no se le explica el enfoque que se desea que le dé a su mensaje.
Al parecer no es una buena práctica dar temas libres de acuerdo a estas indicaciones del manual.

Este artículo puede ayudar a mejorar nuestros discursos:


“Los miembros del obispado planean la reunión sacramental… invitan a miembros a ofrecer
la primera y última oraciones”. Planear la reunión sacramental incluye el asignar con anticipación quienes ofrecerán las oraciones. Es más probable que una persona asista a la reunión sacramental si recibe la asignación de ofrecer una oración. Esta asignación es una buena oportunidad para que los miembros nuevos y recién activados participen. Suele ocurrir que las oraciones se asignan desde el púlpito y generalmente a miembros de mucho tiempo o líderes, dejando sin oportunidad de crecer a los recién conversos.

“No es necesario llevar a cabo una reunión de oración antes de la reunión sacramental”.  Si una reunión de oración no es necesaria ni permitida, creo que no es correcto realizar la junta de obispado o consejo antes de la reunión sacramental.

“El obispado se asegura de que las reuniones sacramentales comiencen y terminen a tiempo”.  Es muy difícil iniciar a tiempo si antes de la reunión sacramental se tienen reuniones de obispado o consejo. La reunión debe empezar a tiempo aún cuando haya pocos miembros. Por otro lado cuando una reunión parece que va a terminar a tiempo un miembro del obispado o de la presidencia de estaca da un mensaje improvisado y no terminan a la hora. Los mensajes de cierre de los miembros del obispado o líderes de estaca deben ser la excepción y no la regla.

Una situación recurrente es que al último discursante no le dejen tiempo quienes lo precedieron, este discursante debe ser capaz de adaptar su mensaje al tiempo disponible. Terminar a tiempo un mensaje es una virtud olvidada.
La hora de terminar incluye que ya se hayan realizado el último himno y la oración

Anuncios (si es posible, la mayoría de los anuncios deben estar impresos a fin de no ocupar el tiempo de la reunión sacramental; el obispado puede hacer brevemente anuncios esenciales antes del primer himno)". He visto intentos de boletines de barrios pero no han tenido éxito ni continuidad por falta de compromiso de los líderes. Una opción sencilla es imprimir los anuncios en una hoja carta y publicarlos en los pizarrones, invitando a los miembros a que le tomen una foto. Incluso se puede compartir este archivo en los grupos de las redes sociales.

“Los líderes dan ejemplo de reverencia durante el tiempo previo a la reunión sacramental. El obispado y los oradores deben estar en sus asientos por lo menos cinco minutos antes de que comience la reunión”.  Los discursantes deben estar en el estrado desde el inicio del servicio. Se pierde valioso tiempo cuando los discursantes están entre la congregación y tienen que dirigirse al estrado al terminar el discursante que los precede.

He visto barrios donde se nombran los discursantes y el miembro del obispado está viendo si los discursantes están presentes, en ocasiones están presentes y ni siquiera saben que tenían discurso asignado. Se crean unas situaciones muy incómodas para todos.

Sugiero que el miembro del obispado que le toca dirigir ese domingo verifique que los discursantes están enterados de su asignación y que confirme su participación. Esto puede hacerlo él mismo desde un domingo antes o mediante una llamada telefónica, o puede asignarlo a un secretario.

“Tiempo previo a la reunión sacramental.  No es un tiempo para conversaciones ni para transmitir mensajes”. De repente los miembros del obispado parecen managers de beisbol enviando señales a algunos miembros sobre asuntos como la oración, la dirección de la música, la santa cena, la asistencia, etc. Sugiero que el secretario o un poseedor del Sacerdocio Aarónico estén en el estrado con el obispado para ayudarles en los detalles.

Si en el tiempo previo a la reunión sacramental no es correcto transmitir mensajes, menos lo será hacerlo en plena reunión sacramental. Ahora está de moda que quienes están presidiendo están enviado mensajes o están ocupados en otros asuntos en sus dispositivos móviles, considero que está práctica no va acorde con el espíritu de la reunión.

“El obispado selecciona temas para discursos y para la música en las reuniones sacramentales.
Los discursos y la música deben centrarse en temas del Evangelio que ayuden a los miembros
a edificar la fe y el testimonio”. Sugiero que se llame al Presidente o Director de música de barrio, tal como indica en el Manual 2. Es triste ver que cada domingo se llama a alguien por dedocracia a dirigir los himnos, lo clásico es que sea la hermana que ya tiene 2 o 3 llamamientos.
De preferencia que los himnos tengan relación con los temas de los discursantes.
Sugiero que se llame a un organista o pianista de barrio. En caso de que no haya, llamar a alguien para que se prepare para serlo.

“El obispado selecciona a miembros para que participen en las reuniones sacramentales. La mayoría de las oportunidades para participar se dan a los miembros”. No me agrada una reunión sacramental donde discursan los 3 miembros del obispado o los miembros que discursan siempre, y se cree que fue una gran reunión. Mucho menos cuando esto ocurre con demasiada frecuencia. Es obvio que no se está planeando bien y no hay un control de quienes han discursado.

La mezcla de discursantes debe ser apropiada. Por ejemplo:
-  Joven, recién converso y un miembro con más experiencia.
- Joven, hermana y un hermano.
- JAS, una hermana y un líder del barrio.

Sólo por citar algunos ejemplos.

El punto es que se de oportunidades a todos los miembros.

El orden de los discursantes también es importante. No se pasa al más experimentado al principio, sino al final, ya que el podrá adaptar su mensaje de acuerdo al tiempo que le quede al servicio.

“Los miembros del obispado invitan con regularidad a jóvenes de 12 a 18 años para que hablen en la reunión sacramental. Los jóvenes deben hablar brevemente (unos cinco minutos cada uno) sobre temas asignados del Evangelio”. No es correcto asignar el mismo tiempo a todos los discursantes. Mientras que a los jóvenes y tal vez a los recién conversos sólo se le asignan 5 minutos, a otros discursantes se les puede asignar mensajes de 10 minutos, ya que generalmente la repartición de la santa cena termina a la media hora.

“El obispado usualmente invita a los misioneros a hablar en la reunión sacramental justo antes de que partan y cuando regresen. El obispado deja bien claro que ésta es una reunión sacramental regular y no una despedida o bienvenida misional. El obispado planea y dirige estas reuniones”. No estoy muy seguro que se esté cumpliendo con este punto, aunque se puede pensar que el “usualmente” no es un deber.

“Los miembros del obispado deben extender invitaciones para hablar en la reunión sacramental con bastante anticipación a la reunión”.  No es correcto llamar discursantes apagafuegos o improvisados, y mucho menos que estos digan que les acaban de avisar. Una estrategia muy útil es que el miembro del obispado que dirige le tocará discursar en caso de que falle algún discursante. De esta manera el miembro del obispado se prepara y da un buen mensaje.

“Reunión de ayuno y testimonios. Después de la Santa Cena, el miembro del obispado que esté dirigiendo la reunión expresa un breve testimonio. A continuación invita a los miembros a expresar testimonios sinceros y a relatar experiencias que fomenten la fe. El obispado anima a los miembros a ser breves en sus testimonios a fin de que más personas tengan la oportunidad de participar”. Esto de ser breves se debe repetir cada domingo de testimonios. Debido a que los líderes y otros miembros son los que discursan con más frecuencia, el resto de los miembros aprovechan la reunión de testimonios para discursar. Se debe educar a los miembros respecto a lo que es un testimonio.

“Tal vez sea mejor que los niños pequeños aprendan a compartir sus testimonios en entornos
tales como la noche de hogar o cuando den discursos en la Primaria hasta que tengan la edad
suficiente para hacerlo en una reunión de ayuno y testimonios sin la ayuda de un padre, de un
hermano o de otra persona”. A pesar de que ya recibimos un comunicado de la Primera Presidencia, es una práctica que continua. La sugerencia es que se diga en cada reunión de testimonios hasta que se erradique esta práctica.


Son temas que ya conocemos pero es necesario darle seguimiento hasta que se note una mejoría.

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